Publicado el 16 de Marzo de 2023, Jueves Felipe López del Rio
Opinión -
Cada cuatro años, como
un reloj, nuestros pueblos mejoran su imagen, se engalanan las calles, se
remodelan plazas, se ornamenta todos esos parterres que durante casi cuatro
años han estado abandonados, de nuevo vuelve a haber trabajo en los
ayuntamientos y nada parece ser un problema para poner a disposición del
personal toda la logística tanto material como personal para la celebración de
fiestas y eventos que, desde los distintos grupos, organizaciones o
asociaciones, quieran celebrar.
Ese mantra de ahorro y
de buena gestión que persigue al equipo de gobierno desde que gana las
elecciones hasta prácticamente cuatro o cinco meses antes de las nuevas
elecciones, se abre paso para dar cabida a la disposición de gastarse en ese
tiempo final, todo lo habido y por haber por el bien del sillón que ocupan, no
vaya a ser que otro prometa más y se quede con tan preciado bien. Después los
ciudadanos venimos quejándonos aproximadamente tres años de lo poco que se hace
para que el pueblo mejore, la falta de inversión, falta de llamamiento de
empresas y algunas ocasiones hasta falta de limpieza por algunos puntos de
nuestro municipio, reivindicaciones que se hacen bajo el más absoluto
ostracismo no vaya a ser que sea más la condena que la propia queja. Pasado ese
tiempo el pueblo vuelve a resurgir de su letargo, vuelve a engalanarse y todas
las quejas se vuelven elogios y todos los elogios en votos. Pasadas las
elecciones otra vez volvemos al bucle infinito en el que hemos convertido a
nuestros pueblos en esta nuestra comarca donde estamos de penitencia durante
tres años y medio y cuando tenemos que coger verdugo, cogemos al mismo que ya
lo conocemos y sabemos como mata, aunque sea con el que más se sufre, pero
claro, ya lo dice el refranero español, más vale malo conocido que bueno por
conocer.
Candidatos que van, que
vienen y algunos que repiten. Gente que los elogia, que los aclama y que le
repiten lo buenos que son cuando están frente a ellos y que los critican y los
vapulean a sus espaldas. Porque el candidato perfecto parece que no existe,
parece ser que todos seríamos mejor que el que hay, la diferencia entre el que
está y los que hablan, es la valentía de querer hacer algo por el municipio que
pretende representar. Muchos dicen que el candidato tiene que ser joven, otros
que debe tener una cierta edad para estar curtido, otros que a pesar de ser del
municipio y residir fuera por temas laborales no pueden ser candidatos ya que
no viven en el pueblo, como si el mayor problema de nuestros pueblos, fuera que
el candidato viva en este momento o no en el municipio.
La comarca se desangra
a pasos agigantados, nuestros jóvenes se van buscando el futuro que aquí se les
niega y todavía hay obtusos que cuando una persona joven da el paso a presentarse
y luchar por su pueblo a pesar de su buena posición laboral, su objeción es que
no vive en el municipio. Sin duda una vez más, se reafirma lo que tantas veces
he oído decir, que es, tenemos lo que nos merecemos. Así pues aplaudamos a
nuestros alcaldes y alcaldesas cual focas en un circo, que se acerca la hora de
las elecciones y tenemos que asegurarnos nuestros 2 meses de trabajo, el resto
del tiempo dios dirá, si tenemos que cerrar nuestros municipios, no os
preocupéis, lo habrán hecho los de la lucha obrera y seguramente haya sido por
el bien de todos.
|
Noticia redactada por :  Felipe López del Rio
No hay datos adicionales Opinión : Últimas noticias FORMAS DE RECOMPENSAR EL DESEMPEÑO LABORAL Refuerzo político Ironía, un refugio |