Publicado el 15 de Octubre de 2021, Viernes Felipe López del Rio
Opinión -
Siempre
me he preguntado como sería vivir en un mundo de iguales, donde todos
naciéramos con las mismas posibilidades, de alcanzar el éxito, donde el
esfuerzo primara sobre la apatía, el desánimo, la vagancia. Un mundo donde el
color de tu piel, tu orientación sexual o tu religión no fueran impedimento
para alcanzar las cotas que tú y solo tú quieras marcarte. Un mundo donde unos
seres no se crean más fuertes que otros, donde “el maricón” no sea el hombre
que ama a otro hombre, sino el hombre que persigue, maltrata o mata a otro ser
humano.
Lejos
de este mundo que muchos de vosotros, estoy seguro, también ansiáis alcanzar,
nos encontramos en un mundo donde hay un odio sistemático al que no piensa como
uno mismo. Donde una parte de la población cree que tiene superioridad moral
para opinar de ciertos temas, porque se hacen abanderados de una bandera que no
les pertenece, la de la libertad.
Vemos
como nos han estado instigando incesablemente durante bastante tiempo con la
ley del aborto, ahora más recientemente con la ley de la eutanasia, llenando
informativos, prensa escrita y un sinfín de comentarios y “estudios” de todos
los maestros Liendre que de todo saben y de nada entienden, que tenemos cada
uno agregados en nuestras redes sociales. Sin reparar en que después de nacer y
antes de morir hay algo, una cosa que, aunque parezca mentira se llama VIDA.
Esa que esta llena de atropellos diarios, donde los que hacen las leyes, hacen
las trampas para esquivarlas. Los mismos que te dicen que el trabajo dignifica,
pero te exprimen para conseguir hasta el último euro que has conseguido con tu
dignidad. Donde la libertad es meramente una palabra, donde insultar es el
dialogo diario y donde las buenas personas ya no quieren serlo porque hemos
aprendido a base de golpes que al contrario que en las películas los buenos, no
siempre ganan.
Mientras
tanto en nuestra comarca se muere y nosotros, los buenos, con ella. Mientras
tanto una administración se pelea con la otra, por ver quien a arreglado media
baldosa más, y los distintos partidos en los municipios aprobando mociones en
las que poco o nada tienen que ver con el día a día de nuestros municipios.
Donde se vota en consonancia al signo político al que representas, sin importar
lo más mínimo el pensamiento propio o el beneficio a los vecinos. Siempre hemos
sido así, no se si es nuestro ADN o que no queremos ver la realidad, pero
mientras el sur de la provincia está lleno de obras de toda índole
administrativa, aquí llega prácticamente limosna. Mientras que el sur de la
provincia esta ampliamente representado en las instituciones, en la zona norte
con suerte tenemos a un diputado provincial y es que a otra cosa no, pero a
buenos no nos gana nadie y ya sabéis el dicho, de buenos... terminad vosotros
el dicho que no quiero ser yo quien lo diga.
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Noticia redactada por : Felipe López del Rio
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