Publicado el 21 de Junio de 2021, Lunes Felipe López del Rio
Opinión -
La vuelta al bipartidismo es
una realidad fehaciente, en vistas a no solo el resultado de las elecciones en
Madrid, sino por las encuestas realizadas por los diferentes medios de
información, incluso el CIS de Tezanos, que es el posado-robado de las famosas
en las revistas del corazón, pero en encuestas.
Poco más de un lustro han
tardado los españoles en darse cuenta que los nuevos partidos venían de paso
para salvar las cuentas corrientes y las propiedades de unos pocos, que todo
son buenas intenciones desde fuera de la política, pero que una vez dentro del
poder empiezan a comportarse como los viejos partidos, que tanto criticaban. Y
es que, para mi opinión, se olvidaban o no querían entender, que los partidos
no son nadie sin dirigentes y que estos dirigentes son personas, por lo tanto,
se olvidaron que un partido o unas siglas por si mismas no son limpias ni
transparentes si no lo son las personas que las rigen, porque al final lo que
se corrompen no son unas siglas sino algunas de las personas que dicen
representarlas. Pero si por algo se caracteriza España y sus gentes es por la
envidia de la mitad de la población a la otra mitad y viceversa, da igual el
motivo o la causa. Y por la autocomplacencia que tenemos ante cualquier
situación, como, por ejemplo, los “nuevos partidos” se hacen amigos de lo
ajeno, no pasa nada, es así porque siempre ha sido así y siempre será. Tenemos
tan medido en la cabeza, tan asimilado, que los políticos deben ser así y que
la política es sinónimo de corrupción que cuando el político de turno del
partido que sea lo hace, algunos lo excusan porque todos hacen lo mismo y otros
lo critican y piden su dimisión, pero con la boca chica, conocedores que muy
probablemente dentro de un corto espacio de tiempo saltará otro caso de corruptelas
y los papeles se invertirán.
Por lo tanto, España se
encamina más pronto que tarde al bipartidismo nuevamente, a ese viejo
enfrentamiento, que lejos de eliminarlo, los nuevos partidos han acentuado más,
entre rojos que, para situar al lector, son los que suben el impuesto a los
ricos, como son la bombona de butano, el gasoil, la luz, el peaje en las
autovías. Por otra parte, estamos los fachas, porque sí el fascismo es una
vertiente del socialismo que sigue los postulados de Karl Marx y Friedrich Engels,
pero al centro derecha y a la derecha en general se les dice despectivamente,
fascistas. En fin, el bipartidismo se acerca de nuevo y con ello la vuelta a un
escenario que todos conocemos, ¿mejor que antes de la aparición de los “nuevos
partidos” ?, el tiempo lo dirá.
Con este artículo de opinión
no quiero hacer crítica al bipartidismo, sino todo lo contrario, creo que la
existencia de dos vertientes políticas es lo ideal para un país, incluso para
la sociedad. La aparición de partidos dentro de los dos espectros posibles a
puesto sobre la mesa las deficiencias que el sistema y los dos partidos
principales tenían. En mi opinión la alternancia dentro del poder es positiva y
a la vez necesaria, pero para ello deberían concurrir a elecciones, vertientes
políticas y no partidos, como sucede en otros países, el ejemplo más claro lo
tenemos en EEUU donde demócratas y liberales hacen unas primarias donde entre
todos los posibles movimientos o partidos dentro de un mismo espectro eligen a
la persona que los representarán a todos ellos, otro claro ejemplo más cercano
es Francia. Esto sucede en la mayoría de democracias asentadas, en este sentido
la democracia de España sigue en pañales.
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Noticia redactada por : Felipe López del Rio
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